Tribu anfitriona le prende velas a la mujer blanca.
No sabíamos lo perdidos que estaban en el tiempo y en el espacio los Bora, tribuláis pe del Amazonas que se animó a soportar por 40 días a nuestros embajadores faranduleros.
Para muchos esta bonita vecindad selvática se quedó teyible de pegada en el pasado, nena. Es que no todos cachan cómo se ganan el comistrajo de cada día: cazando con arco y flecha. Ni hablar de cómo dominan el arte de la quisca afilada, son casi tan secos como los jedi con sus espadas láser.
Pero vamos de una a la informeichon que llegó vía liana inalámbrica hasta nuestra máquina de teletipos que se halla justo frente al baño de damas. La papeleta decía lo siguiente: “Ser Tarzán desde Amazonas. Ni imaginar lo que ver. A Tanza los Bora confundir con diosa brava y ganosa. Creen que ella es más poderosa que el gatito chino que saluda. A todo esto, ¿cuándo pagan?”.
Vamos por parte mejor, ya que si Tarzán pregunta por sus lucas, les tenemos que contar a todos nuestros lectores que ya le pagamos sus servicios a través de su mánager, la mona Chita. Y si ella se enamoró de su representado y se hizo la lesa con sus lucas no es tema nuestro.
Aclarado lo anterior, les podemos contar que los Bora juran de guata que Tanza es una enviada de los dioses y que goza de poderes más bacanes que los del Chapulín Colorado. Y como no hay quién les saque esa idea de la cabeza a los Bora, nos soplaron que tendrían la intención de armarle un altar a la cabra para rezarle. Ojalá no se les ocurra sacrificarla.
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