Tanza Varela: “Puedo ser una niña mala” en Revista Cosas

Rebelde, coqueta y más segura de sí misma que lo que cualquiera pudiera imaginar, esta chica reality no deja indiferente a nadie, y no solo por su belleza, sino también por su singular personalidad.

De Tanza se ha dicho de todo: que es irreverente, explosiva y peleadora. Lo claro es que esta chica tiene personalidad, dice lo que piensa y conoce perfectamente las reglas para mantenerse en la palestra mediática.
“La rebeldía es mi característica más notoria. Soy generosa con los que me rodean, buena amiga, con las pocas y verdaderas que tengo, y puedo ser muy relajada, pero a la vez, cuando algo me parece mal, me sale el demonio. No tengo filtro”, dice. Y agrega otra advertencia: “Puedo conseguir lo que quiera, cuando me lo propongo, y si hablamos de hombres… también. En ese sentido, soy apasionada y me entrego a mis totalemente”.

“De repente me sale lo cabra chica que llevo dentro”, reconoce. “A veces soy dispersa y, por supuesto, bien loca para mis cosas. En conclusión, vengo de Venus”.

Debutó en “Corazón Rebelde” de Canal 13, pero su éxito vino en el reality “Año O”. Hoy tiene contrato con “Fiebre de Baile” de Chilevisión, durante el verano participa como panelista de “Intrusos” y anima el webshow “Twitland”, del canal online Peaktv.cl.

–¿Cómo fue tu infancia?
–Una que solo recordamos mi familia y yo. Me reservo todo tipo de comentarios.

–¿Eras cercana a tu mamá?
–Siempre lo fui. Desde muy chica, éramos como ositos de peluche, no nos soltábamos nunca. Ella salía y yo lloraba hasta que llegaba. Siempre tuve mamitis, hasta el punto que cerraba su puerta con llave, porque ya era mucho mi acoso.



–¿También fuiste regalona de tu papá?
–Somos muy apegados y le tengo un cariño especial. El ha sido un amigo y le he contado cosas que a mi mamá nunca le he dicho. Es un niño chico y lo que he visto de él en esta vida, me deja un ejemplo de esfuerzo a seguir muy importante. Al contrario de mi mamá, él es muy hippie y relajado para sus cosas.

“Siempre fui terca y me dejaba llevar por mis instintos; pero si hablamos de respeto y de educación, me considero una persona muy respetuosa cuando debo serlo. Agradezco la educación que mis padres me dieron. Gracias a Dios tengo una familia bien constituida. La rebeldía la llevo desde que estaba en la guatita de mi madre, pero no puedo dejar de decir que vengo de una familia bien conservadora”.

Cuenta que a partir de cuarto básico, su mamá le incluía un ritalín en la colación: “Eso me dejaba como una momia mirando la pizarra mientras mi mente volaba sinceramente por otro planeta. Pero aclaro que cuando quería sacarme un 7, no me costaba nada, abría el cuaderno, estudiaba un poco y al día siguiente lograba la nota que quisiera. Claro que cuando no quería estudiar me sacaba un 1,1. Hacía lo que quería y siempre tenía un poco más de dos hojas de anotaciones, pero jamás le falté el respeto a mis profesores ni a mis directores. Me adoraban. Ahí aprendí que cuando uno se propone las cosas, es capaz de cumplirlas”.

–¿Cómo te portabas?
–Muy bien cuando quería. Hacía lo que me daba la gana. En ese minuto me sentía encarcelada. Las reglas nunca fueron mi fuerte y no las podía seguir. A tres minutos de llegar al colegio me devolvía...

–Tengo la sensación de que eras una mujer más dulce, y que hoy vives a la defensiva. ¿Es así?
–Jamás he cambiado mi manera de ser. Desde chica soy muy regalona y tierna, pero no con cualquiera. Depende de quién se me acerque. En ese sentido, soy una gata que percibe las energías.

–¿Te gusta mucho la televisión?
–No pasa por un tema de si me gusta mucho o no; la encuentro entretenida y exótica. Desde bien chica me llamaban la atención las cámaras, me volvían loca. Siempre fui florerito de mesa y constantemente atraía, donde estuviese. Mi verdadera opinión acerca de la televisión no es corta y tampoco la voy a explicar, porque es muy personal. La encuentro entretenida, pero hay cosas que no me agradan, por ejemplo los programas juveniles, porque encuentro que subvaloran la inteligencia del joven. Cuando veo a esas pobres marionetas llorando o pasando una tubería por 3 pesos, sufro más yo que ellas.

–¿Cómo llegaste a la televisión?
–Mi primera aparición fue a los 17, en “Corazón Rebelde”. Me tenían un cariño especial, pero reconozco que me porté realmente mal: llegaba atrasada, no me leía los textos y hacía lo que quería, además de quedarme dormida en las camas de utilería (se ríe). Con el tiempo aprendí a comportarme y empecé a hacer cosas pequeñas, como algunos capítulos de “Infieles”, “Teatro en CHV”, videos de música, opinóloga en varios programas. Recuerdo que cuando tenía como 18 años pasaba una semana en “Mira quién habla”, otro par de días en “Alfombra Roja”, en “En portada” y en otros programas que ya no recuerdo. Además, a los 15 años fui Miss Portada Tú y de ahí no paré hasta hoy, o sea, no tengo vacaciones desde los 17 años. El que me descubrió en TV fue el director Herbal Abreu y la que me llevó a “Año O” fue Mechita Moreno.



–¿Cuánto estás dispuesta a hacer por mantenerte en la televisión?
–Jamás voy a exponer a mi familia y mucho menos hacer cosas de las que me pueda arrepentir. Obviamente, sé que lo que diga o lo que haga probablemente salga de lo común y eso lo hace más divertido y llamativo. No me propongo ser distinta, es lo que soy y me encanta.

–¿Para qué sientes que tienes talento?
–¡Uf!... ¡Para hacer el amor! La verdad es que soy diversa en ese sentido, donde me pongas lo haré bien, pero mi mayor talento es reinventarme, aunque un programa fracase, como fue el caso de “El experimento”, de TVN. Aun así, voy hacia la cima y siempre camino más alto y espero algún día terminar donde nadie se lo imagina. Me verán mañana y se van a preguntar “pero cómo”, así no más po (jajajaja), por eso espero que el 2012 pase sin problemas, nada de mayas ni de término del planeta; en ese caso, espero sobrevivir y hacer una raza diferente a mi manera y, por supuesto, rodeada de animales que son mi éxtasis en la vida.

–¿Sigues de novia?
–No, pero a ratos sí…



–¿Cómo es tu relación con Claudio Valdivia?
–Apasionada, fuerte e intensa. Nos llevamos muy bien... desde la puerta de nuestros departamentos hacia adentro. De ahí para fuera, la gente se metió mucho e inventó cosas. Nosotros mismos caímos en el maldito juego, pero nos sirvió para aprender. De él solo puedo decir que es un exquisito, un amor. Cada vez que nos vemos explotamos de amor, pero basta que pasen unos días para que nos ahoguemos mutuamente. Nuestras personalidades son muy fuertes para compartir tanto rato juntos, pero en el fondo de nuestros corazones, lejos o cerca, pensamos mucho en el otro y, aunque la gente diga lo contrario y mi familia esté en contra de esta relación de amor y odio, con Claudio nos entendemos. Somos amigos y a veces somos un matrimonio... depende de si la luna está llena.

–¿Te sientes una mujer sexy o sensual o ambas cosas?
–Soy coqueta desde el día en que nací. Se mezcla un poco mi carita de ángel con mi desorden y eso resulta muy atrayente. Y me considero sensual en actos de la vida cotidiana, a veces no me doy cuenta, pero constantemente me lo están diciendo. No necesito ponerme un baby doll para ser sexy y sensual. Cuando me conozcas vas a saber de lo que hablo (jajaja), pero también puedo ser una niña cuando me conviene y una niña mala también.